el estigma del transporte público

24/10/2011 | By More

Curitiba, Brasil

Uno de los aspectos más sorprendentes de la vida en las grandes ciudades brasileñas es el estigma que lleva asociado el transporte público. Para muchos brasileños, especialmente de las clases más pudientes, el transporte público no pasa de ser el recurso de los más pobres que no pueden pagarse un coche. Desde la perspectiva de las autoridades, las inversiones públicas más macizas se destinan a la circulación de los vehículos particulares, relegando en un segundo plano al transporte público.

Siempre recordaré una anécdota de mi primer año en Brasil. Fue el primer día que acudí a una reunión de trabajo en la editorial para la cual estaba dirigiendo un proyecto de diccionario. Al acabar la reunión una de mis colegas en la editorial me preguntó, “¿has dejado el coche en el parking del edificio, verdad?”. Cuando le respondí que no, que había acudido a la reunión en autobús, los ojos casi se le salieron de las órbitas.

No es muy difícil de imaginar cómo funciona el círculo vicioso. Un transporte público de pésima calidad hace que el que puede recurra automáticamente al vehículo particular. Con él, las calles de la ciudad se congestionan y se llega a una situación sin salida. En ciudades como São Paulo el problema del tráfico ha alcanzado ya dimensiones apocalípticas. Pero se equivoca el que piensa que se trata de la excepción. Todas las grandes ciudades – y muchas de las de pequeño tamaño – tienen al tráfico como uno de los grandes enemigos.

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Category: vida en Brasil

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