A estas alturas pocos no habrán oído mencionar en algún momento las milagrosas cifras del paro en Brasil, cuyos bajos índices superan al de economías de países con las que tiene bien poco en común. ¿Cómo es posible que, sobre el papel, Brasil tenga un índice de paro menor que el de Suecia o el de Finlandia? Los vendedores de humo aprovechan estas cifras para crear ilusiones que muchas veces se ven tristemente frustradas. Porque, que nadie se engañe, los empleos en Brasil no cuelgan de los árboles.
Vamos a echar un vistazo a las cifras del desempleo en Brasil e intentar entender la magia que hay por detrás de ellas.
En primer lugar, conviene entender dos aspectos muy importantes de las estadísticas socioeconómicas en Brasil:
- los índices rara vez se refieren a todo el país. En el caso del paro, como también ocurre con varios índices de inflación, registran únicamente lo que ocurre en las seis mayores regiones metropolitanas de Brasil (Belo Horizonte, Porto Alegre, Recife, Río de Janeiro, Salvador y São Paulo). Para esos indicadores, la realidad del resto de Brasil no existe.
- suele haber más de un índice para el mismo concepto. El mejor ejemplo sería el de la inflación, que es medida con tantos índices diferentes que uno pierde la cuenta. En el caso del desempleo, tanto el IBGE como el DIEESE miden el paro. Con, dígase de paso, resultados muy dispares. Según el DIEESE, el paro en Brasil es nada más y nada menos que el doble de lo registrado por el IBGE. Una diferencia increíble [actualización: para aumentar la confusión y la sensación de falta de seriedad en las estadísticas oficiales, en 2014 fue introducido un nuevo índice, el PNAD Continuo, que arroja datos diferentes a los de los otros dos índices anteriores].
Hechas estas aclaraciones preliminares, vamos a hincarle el diente al 5,3% de desempleo que según el IBGE tiene Brasil -órgano que es el equivalente del INE español-.
Para conseguir la magia de un índice de desempleo casi sin par entre las economías más boyantes y las sociedades más desarrolladas del mundo, el IBGE recurre a varias prácticas estadísticas de dudosa legitimidad. Para el órgano brasileño, no son personas en paro las que se encuentran en las siguientes situaciones:
- adulto de una familia que recibe el Bolsa Família, un subsidio del gobierno para familias de baja renta, y que no busca trabajo hace más de 6 meses. Para el IBGE esa persona no está en paro. Recordando que en Brasil hay 15 millones de familias que se benefician del subsidio del gobierno.
- un vendedor de pañuelos de papel que se gana la vida con las monedas que le dan los conductores en un semáforo. Para el IBGE está empleado. Una señora que le limpió la casa a una vecina a cambio de que esta cuidara de sus perros durante un viaje. Para el IBGE está empleado (en la categoría de “empleo no remunerado”).
- si una persona llevaba buscando trabajo 6 meses, no encontró nada, y dejó de buscar trabajo por el momento, para el IBGE no está en el paro. Es un “desanimado”.
- una persona que vive de las chapuzas y gana menos que el salário mínimo (que en Brasil equivale hoy a €240). No está en el paro.
- una persona que no tiene empleo pero que sustituye tres días en el taller a un amigo que ha salido de viaje y recibe a cambio 100 euros. No está en el paro al haber trabajado tres días ese mes.
Hace ya casi diez años que le vengo contando al que me pregunta que comparar las cifras del paro brasileñas con las de países europeos es como comparar peras con manzanas. Estamos hablando de parámetros de medida completamente diferentes, como no podría ser de otra forma a la hora de intentar describir la realidad de la economía de un país en el que el empleo informal es casi tan importante como el formal. Hay quien calcula que el índice real de desempleo en Brasil, ese que equivaldría al índice de paro que se calcula en Europa, estaría por encima del 20%, lo que ya de por sí es una gran mejora con respecto a índices en torno al 30% de hace una década.
El que quiera arañar por debajo de la superficie va a tener que empezar por echar un vistazo a la Pesquisa Mensal de Emprego que publica el IBGE. Y buscar en internet, donde hay muchos textos interesantes al respecto.