El artículo salió publicado en El País durante agosto pero me lo he guardado hasta ahora para asegurarme de que nadie se lo perdiera. Se titula Brasil no es para principiantes y tiene mucha enjundia, abordando el oportunismo de muchos -ejemplificado en la ciudad de Río- intentando sacarle hasta la última gota de sangre al extranjero que visita el país.
A la luz de algunas cosas dichas en el artículo se explica perfectamente el gráfico que aparece en la edición impresa de la noticia -que no en la web del diario- mostrando que entre el año 2000 y el 2011 apenas varió el número de turistas extranjeros que llegan al país (5,31 millones en 2000, 5,40 en 2011). Brasil como destino turístico es un producto fallido, y no por falta de méritos para ocupar un lugar mejor, sino por negligencia en la forma de venderlo y administrarlo.
La nota, en castellano, en Brasil no es para principiantes.